El otro día descubrí un auténtico placer que hasta entonces me era incluso imposible de imaginar; descubrí el Kinder Bueno versión en blanco. No hay palabras en este vasto mundo para poder igualar la descripción del suceso con el suceso en si mismo. Gorgias está en lo cierto: el lenguaje es un mecanismo insuficiente para mostrar la realidad. Ciertamente, la tempestad que los dioses ciernen encima de nosotros está más que justificada, ya que poseemos un sabor de categoría divina, ¡envidiosos dioses aliterados! Naomi Campbell a su lado es una gota de fuego en el más grande y profundo de los océanos. Sacar un diez en un examen de filosofía es, comparado con este manjar extraordinariamente primoroso, comer un trozo de pan mezquino y mordido por gusanos putrefactos salidos de tumbas remotas que antaño guardaban cuerpos, ¡¡¡Horror vacui!!!
Bien es sabido que la perfección no puede ser hallada por el hombre, así que sólo somos capaces de saltarnos la aporía al llegar a la conclusión de que este bombón blanco está hecho del mismísimo cuerpito serrano de nuestro Señor. Dentro de unos años el pan y el vino serán sustituidos por el Kinder Bueno versión en blanco y el Kinder Bueno versión en blanco, y todos lo alabarán, todos lo comprarán, se hará contrabando con cajas de Kinder Bueno versión en blanco y el objetivo de la gente ya no será ni el dinero, ni el sexo, ni las drogas ni el rock’n’roll, sino poseer las barritas delicatessen. Tantas como quepan en la casa del sujeto en cuestión. Sí, hoy creo en Dios. Él se nos ha mostrado en forma de Kinder Bueno versión en blanco.
Avoid These 5 Mistakes and Go Viral Like a Pro!
Hace 2 años
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